Ozona aconseja tener cuidado con el cloud
Ozona, compañía especializada en virtualización y proyectos de consultoría de procesos ITIL e ISO 20000, recomienda a las compañías contar con un integrador especializado que ayude a conocer cuáles son las áreas críticas que hay que tener en cuenta antes de abordar un proyecto de cloud computing.
A pesar de que el cloud cuenta con ventajas de flexibilidad económica, inmediatez y escalabilidad, han de considerarse con más atención los aspectos relacionados con la seguridad, la integridad de la información, la legalidad y la gestión del cambio que hay que abordar para la adopción de este paradigma. Y hay que añadir, al control habitual de TI, la gestión de los proveedores específicos de las soluciones en cloud.
Tal y como señala Ramón Ares, director general de Ozona Consulting “la LOPD o las normas de información del Banco de España marcan fronteras que afectan al uso de cloud computing. Esto supone que sean unos reglamentos muy ajustados para determinados sectores y algo más livianos a nivel general” – y añade- “la inversión realizada puede suponer que cualquier análisis que no aporte beneficios económicos no conseguirá poner en marcha las iniciativas por muy útiles y funcionales que éstas sean”.
Para Ozona, un elemento a tener en cuenta de manera singular se refiere al análisis de retorno. Cuando un servicio cloud va a sustituir o va a complementarse con un servicio provisto de manera tradicional, es importante tener en cuenta que las infraestructuras que soportan estos servicios han de ser amortizadas.
Asimismo, a la hora de elegir un proveedor, es necesario conocer cuáles son los sistemas de seguridad que ofrece con respecto a los datos de la compañía. Por ello, desde esta compañía defienden la necesidad de disponer de un intermediario que proporcione un análisis previo del impacto del nuevo modelo en las áreas críticas es básico para ofrecer la seguridad adecuada a las aplicaciones.
El cambio de los aspectos culturales y el nuevo papel del usuario y los servicios, es otra de las barreras a tener en cuenta por las empresas. “Ahora el rey es el servicio y el usuario ha pasado a ser una pieza más del engranaje. Ya no hay objeciones funcionales, porque el usuario no podrá exigir dispositivos o ubicación de la información – ya que tendrá lo que necesite donde y cuando quiera, con similares niveles de calidad-”, explica Ares.