Juegos Móviles: Sagas vs Recopilaciones

Cuando un desarrollador descubre que un producto le ha funcionado, apuesta por él de dos maneras: diversificación o continuidad. Con estas dos estrategias, procuran seguir obteniendo ingresos sin aburrir al consumidor. Podemos ver numerosos ejemplos sólo con pasar por la AppStore de iOS o por Google Play para Android. Sin embargo, también existen otras modalidades de juegos que se pueden permitir el lujo de ofrecer diferentes juegos desde una sola aplicación y seguir acumulando ingresos, como es el caso de los más de 20 títulos que encontramos para jugar a las tragaperras en William Hill, aparte de sus clásicos ruleta y blackjack.

En el primero de los casos, nos estamos refiriendo a casos como King y sus diferentes versiones de Candy Crush, o Rovio, quienes además de crear la saga de Angry Birds han apostado por otro tipo de juegos de puzzle con diferentes personajes, que podríamos llegar a considerar spin-offs jugables, como Bad Piggies o Stella. Los ingresos llegan a modo de compras in-app o gracias a la publicidad integrada, mientras que en el segundo de los casos (ofrecer todo desde la misma aplicación), el secreto reside en otro sitio.

En el caso concreto de la app de William Hill, sus más de 40 juegos con acceso gratuito desde la misma permiten jugar también con apuestas reales (para mayores de 18 años), de manera que, si bien muchos jugadores sólo se entretendrán en el modo con dinero ficticio, otros tantos adquirirán bonos de bienvenida con los que se duplica la cantidad depositada para jugar con acceso a premios en metálico (hay que estar registrado para utilizar esta opción).

En todos los casos uno de los grandes secretos del éxito consiste en sus funciones sociales, con las que es posible ver los resultados o la clasificación de otros usuarios o amigos de Facebook (en el caso de William Hill, la ruleta multijugador incluso permite jugar en directo contra otros usuarios y chatear con los croupiers). Esto consigue mantener a los jugadores enganchados en un reto continuo y elegir estos juegos antes que otros en los que el juego se desarrolla en solitario. Lógicamente, para tener funciones sociales es preciso estar conectado a internet, pero para William Hill, el juego se desarrolla íntegramente en este ámbito.