Mercados tradicionales vs. Blockchain: ¿Cambian las reglas del juego?

La irrupción en los últimos años de las tecnologías blockchain ha sacudido los cimientos de establishment inversor tradicional. El hecho de que nuevos métodos de pago, cobro o inversión puedan hacerse de manera virtual, en base a complicados códigos, no centralizados ni referenciados a un país determinado o por la buena marcha o dividendos arrojados por determinada empresa, ha cambiado el equilibrio en los mercados.

El último gran hito había sido el Internet, tras el cual cualquier persona desde su casa podía invertir en los mercados de divisas, futuros o índices de cualquier país, y desde cualquier parte del globo, tan solo teniendo conexión a la red. Pero ¿han modificado o influido estas nuevas figuras de inversión en los flujos y patrones naturales y tradicionales del mercado? Para ello conviene entender qué son y cómo funcionan los mercados de futuros e índices.

La globalización no es algo a lo que escape el mercado ni las divisas, materias primas, futuros o índices que lo componen. Sus fluctuaciones y patrones también son reflejo de datos, eventos y factores globales que crean correlaciones entre los diversos componentes del mismo. Así, por ejemplo, nos encontramos con que una guerra o catástrofe medioambiental hace subir los futuros del yen o el oro, pues estos se toman como refugio en momentos de incertidumbre. Otro ejemplo puede ser la variación en los precios de crudo que hace moverse de forma contraria a los futuros e índices de Canadá y Japón, pues uno exporta el 80% de su petróleo al otro; así mismo, si la rentabilidad del bono euro baja, el futuro del euro suele subir; finalmente, si las materias primas suben o bajan, ven su reflejo en los índices y futuros de las economías de Oceanía, y así en diversos ejemplos más.

Las tecnologías de blockchain en el mundo real

Entonces, ¿dónde encajan las tecnologías blockchain? ¿Tienen correlación o contrapartida en el marco global actual? ¿Se ven influidas o influyen en los futuros, índices y demás subyacentes? Pues lo cierto es que hay argumentos para el sí o el no, pero con matices. Por un lado, las monedas que se basan en tecnología blockchain dependen de la codificación interna de sí mismas para su crecimiento, mientras que los mercados de inversión tradicional dependen economías de escala global, tipos de interés, resultados empresariales o decisiones de bancos centrales. Por tanto, por este lado la relación es nula. Ahora bien, al igual que en los mercados tradicionales, si miramos y comparamos entre sí diferentes mercados de criptomonedas sí que se observa un patrón, visible en este gráfico:

Observamos cómo las 6 principales criptomonedas por capitalización siguen una gráfica similar. ¿Por qué sucede esto si cada ICO ha sido independiente en su minado? Principalmente desde la irrupción de criptomonedas (sobre todo la de bitcoin), estas han tenido una volatilidad elevada, derivada de los múltiples factores que les influían: moda (todo el mundo quiere tener tokens o monedas de esa nueva tecnología), precio (ligado a lo anterior, cada ICO permite adquirir una criptomoneda fácilmente pues el precio de salida es barato en proporción a ciertos futuros o acciones) y el miedo (¿y si es verdad? ¿y si me quedo fuera del nuevo Google, Facebook o Amazon?).

Todos estos factores responden a la naturaleza humana y de masas, y para nada ofrecen un patrón de análisis técnico o complejas ecuaciones algorítmicas, al menos de momento, pues todas ellas son aun “jóvenes” y no tienen un histórico concluyente. Parece más bien que de momento siguen los patrones marcados por la más importante de ellas que es el Bitcoin.

Y ¿cómo reacciona entonces el mercado a la volatilidad extra aportada por estas nuevas formas de especulación? Las blockchain han atraído inicialmente al mercado retail, haciendo cambiar parte de sus preferencias de especulación naturales, aunado a esto está el hecho de la creciente “rumorología” por la que el mercado de índices y futuros está pasando y por la que puede estar viviendo una etapa de burbuja. Este miedo especulativo si tiene un reflejo en índices tradicionales como el VIX (índice del miedo), que calcula la volatilidad de los contratos a 30 días de los futuros de SP 500 y suele reflejar los cambios bruscos previos a movimientos fuertes en el mercado. La inversión retail en blockchain está haciendo que la volatilidad que se está perdiendo en inversiones en futuros o índices, aumente a su vez en criptomonedas.

En los últimos meses si parece haberse incrementado la correlación entre la volatilidad en futuros y su trasvase a mercados blockchain (bitcoin en este caso). Por el momento, parece que las criptomonedas han llegado para quedarse, y este pensamiento está calando poco a poco en grandes inversores e instituciones más clásicas. Si bien aún es pronto para poder decir que papel jugara esta tecnología de inversión en su relación con el resto de subyacentes, sí actuara como catalizador, como valor refugio o como mera especulación.

Por último, añadir, que uno de los mayores puntos de interés respecto a todo lo anterior, será ver cómo reaccionan dichos activos digitales respecto a la insistencia en aprobar algún tipo de marco regulatorio a estas actividades por parte de cada país. La desconfianza de algunos sectores (grandes instituciones, bancos, fondos de inversión) en esta tecnología, se origina por el descubrimiento de algunas actividades opacas o ilícitas que se han gestado en estas plataformas, con lo que parece claro que una regularización ayudaría a normalizar el uso de estas tecnologías blockchain para nuestro día a día.