Cloud Assessment: el paso a paso para un Journey to Cloud definitivo

• Por Silvia Castellar Viu, Account Executive Logistics&Services en T-Systems Iberia.

El trabajo de Cloud Assesment puede llevarse a cabo en escenarios tecnológicos muy dispares: desde organizaciones con CPDs antiguos que necesitan sacar a la nube por falta de espacio físico, hasta otras con un escenario casi 100% cloud, donde simplemente hay que validar el coste y comprobar si hay margen de mejora cambiando de plataforma. Cada caso ha de tratarse de forma particular, pero en todos debemos emplear metodología, un proceso estipulado común, enfocado en el beneficio del cliente, y que minimice además los riesgos del cambio; dando así la bienvenida al Journey to Cloud con garantías de éxito.

El objetivo de un Cloud Assessment, es revisar la situación actual de la infraestructura, analizar las posibilidades de mejora y proponer una línea de actuación. Y esto es independiente del estado en que se encuentre la organización: podemos analizar desde el CPD más básico hasta la combinación multicloud más sofisticada.

Necesidades del cliente, análisis y definición de estructura Cloud

El primer paso consiste en entender lo que tiene el cliente. Así, obtendremos una visión transparente sobre todo el conjunto actual, desde aplicaciones hasta infraestructuras, cómo se utiliza y cómo se conecta. Esto es vital para reducir riesgos y sorpresas para cualquier cambio sustancial, dado que, a mayor entendimiento de la situación, menor es el riesgo en el cambio.

Una vez tenemos claro el escenario de origen, entraremos a decidir cuál es la mejor opción dentro de las alternativas que ofrece el mercado. En T-Systems somos agnósticos en cuanto a Cloud, trabajamos con todas las plataformas del mercado, y también tenemos nube propia, lo cual nos da una flexibilidad y objetividad muy importantes en este punto. Tener una buena visibilidad sobre la situación final, tanto para aplicaciones como para infraestructura, evita malentendidos y facilita mucho los cambios.

A continuación, iniciamos una fase de análisis con vistas a elaborar un plan de ejecución claro para moverse desde el punto de partida hacia la situación final. Este plan está diseñado para minimizar los impactos en tecnología y negocio, y está basado en hechos objetivos y en un entendimiento compartido y comunicado. Por último, realizamos un informe detallado sobre qué necesita hacerse y cómo debería ser el escenario futuro.

Nuestra metodología de trabajo es sencilla, combinamos la instalación de agentes en los servidores con el análisis por parte de nuestros especialistas (servidores, comunicaciones, aplicaciones, almacenamiento, bases de datos, y por supuesto los posibles servicios cloud contratados). También utilizamos cuestionarios diseñados por nuestros expertos para las diferentes líneas de trabajo. Gracias a esa recolección de datos –sea manual o automatizada-, podremos analizar los costes y el rendimiento de toda la infraestructura.

El capítulo de aplicaciones es especialmente crítico porque afecta tanto a IT como a negocio. Muchas veces no es nada sencillo comprender el mapa de aplicaciones, donde conviven desarrollos a medida, apps, intranets, aplicaciones antiguas, ERPs y bases de datos dispares que necesitan consolidarse. Nuestros consultores analizan y clasifican las aplicaciones a través de entrevistas para realizar la recomendación sobre estrategias de migración, aplicaciones y servidores.

Como resultado final, creamos un Informe de Assessment con el inventario total de servidores y aplicaciones (es decir, el punto de origen), el plan de transformación y la estimación económica de los diferentes escenarios.

Los beneficios de realizar un assessment para nuestros clientes son muy claros: En primer lugar, un conocimiento exhaustivo de toda la infraestructura y su estado de situación. El día a día, no siempre permite parar un momento y examinar a fondo qué tenemos. En segundo lugar, al tratarse de una consultoría externa, se obtiene una visión objetiva del escenario, sin contaminaciones ni visiones parciales. Y, por último, permite dar el salto al cloud minimizando enormemente los riesgos de realizarlo sin tener en cuenta absolutamente todo: la infraestructura, las comunicaciones, las aplicaciones y –por supuesto- un business case económico realista y objetivo.