Biometría, Inteligencia Artificial y automatización caracterizarán a los aeropuertos del futuro
Los avances tecnológicos en biometría, Inteligencia Artificial (IA) y aprendizaje automático (ML), impresión 3D y automatización modificarán los modelos operativos tradicionales y será lo que caracterice a los aeropuertos cero emisiones del futuro, suponiendo toda una revolución para la experiencia del pasajero con ventajas que irán desde la recogida gratuita de equipaje a domicilio hasta salas de videojuegos de realidad virtual, según el nuevo informe elaborado por la consultora estratégica Oliver Wyman, ‘The Evolution of Airports: A Flight Path to 2050’, en colaboración con Airports Council International (ACI) World, y el Centro Global para el Turismo Sostenible (STGC, por sus siglas en inglés), organismo creado por el ministerio de Turismo de Arabia Saudí.
Tabla de Contenidos
Hoy en día, los aeropuertos ya desempeñan un papel fundamental en la comunidad, tanto a nivel local como mundial, y su influencia no hará más que aumentar a medida que cambien las prioridades mundiales y se incorporen nuevas tecnologías que hagan evolucionar la industria de la aviación.
Es más, se prevé que la flota mundial de aviación comercial crezca un 33%, hasta superar los 36.000 aviones en 2033, según el análisis de Oliver Wyman. Por su parte, ACI World predice que, a su vez, el tráfico de pasajeros entre 2022 y 2040 aumentará hasta un 5,8% de media cada año, llegando a alcanzar una afluencia de más de 19.000 millones de pasajeros anuales. Esto claramente genera la necesidad de incorporar nuevas soluciones para mejorar el tiempo y la eficiencia en el procesamiento de los usuarios en los aeropuertos.
Sin embargo, el informe, elaborado en colaboración con ACI World y el STGC, también identifica otras tendencias universales que serán las que definan el futuro de estas infraestructuras, como alcanzar la emisión neta cero para 2050, lograr una conectividad intermodal directa entre los aeropuertos y los centros de las ciudades y hasta la evolución de la mano de obra, que se especializará en el manejo de estas nuevas tecnologías.
El camino hacia la descarbonización
Actualmente, el sector del transporte aéreo representa alrededor del 2% del total de las emisiones mundiales de carbono. Y, más específicamente, el sector aeroportuario de vuelos comerciales solo es responsable de una pequeña parte de ese porcentaje, generando entre el 2% y el 5% de las emisiones totales de la aviación.
A pesar de que contribuye con un porcentaje relativamente bajo a las emisiones mundiales, el sector aeroportuario está enfocado en conseguir cero emisiones netas por ser un factor clave en la reducción de la huella de carbono de todo el sistema de aviación. Tanto es así que, en 2008, la aviación se convirtió en la primera industria en adoptar una acción climática global para todo el sector. Y en octubre de 2021, la industria mundial de la aviación declaró que lograría cero emisiones netas de carbono para 2050, apoyando el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 grados, en comparación con los niveles preindustriales.
Para lograr este compromiso, la prioridad de cara a 2030 será la de aumentar el suministro y la comercialización de combustibles de aviación sostenibles (SAF, en inglés), los cuales pueden obtenerse a partir de residuos o materias primas sostenibles que limiten las consecuencias negativas para el medioambiente. Sin embargo, la escasez de SAF supondrá un obstáculo para conseguir este objetivo, pues, según los cálculos de Oliver Wyman, es probable que para 2030 se hayan conseguido hasta 5.400 millones de galones de SAF, pero el sector aéreo necesitará 16.000 millones solo para mantener las emisiones en los niveles de 2019.
Por otro lado, elementos como la electrificación de los vehículos aeroportuarios para trasladar al personal y la carga en los aeródromos, el uso de remolques eléctricos para los aviones, la reducción del consumo de las instalaciones aeroportuarias (que actualmente representan el 46% del consumo global de los aeropuertos), así como el uso de materiales de construcción sostenibles para los aeropuertos serán elementos determinantes para reducir las emisiones generadas por el sector. Además, se prevé que para 2035 ya estén operativos los primeros aviones de hidrógeno.
Todo ello con el fin de alcanzar en 2050 aeropuertos que se conviertan en centros energéticos y productores de energía que ayuden a complementar los recursos disponibles en la red nacional y garantizar la disponibilidad de energía verde, contribuyendo así a la descarbonización no solo de su sector, sino a nivel global.
Es más, la descarbonización, entendida como la reducción de las emisiones de carbono, es también una ventaja competitiva para atraer nuevos inversores y clientes. Los prestamistas institucionales prefieren financiar organizaciones que cuentan con sólidos programas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y, por su parte, los pasajeros de las generaciones Z y millennial muestran una mayor preferencia por empresas con modelos ESG. Tanto es así que, según el informe, hasta un 66% de los encuestados afirma que es más probable que consuman una aerolínea que haya invertido en sostenibilidad.
La revolución de la experiencia del usuario
Cada vez son más los pasajeros que adoptan la digitalización durante sus viajes, ya sea mediante el uso de aplicaciones móviles de notificaciones en tiempo real o haciendo el check-in online. Según los resultados del informe, el 45% de los pasajeros encuestados afirma estar dispuesto a cambiar los pasaportes en papel por los digitales.
Por su parte, el sector aéreo y las administraciones públicas continúan su camino hacia la innovación invirtiendo en soluciones tecnológicas y biométricas que permitan crear una identidad digital que reúna todos los documentos personales, como los billetes y visados tradicionales. El objetivo de esto es alcanzar en 2030 una experiencia del pasajero más segura, fluida y eficaz.
En concreto, el despliegue de la tecnología brindará la oportunidad de replantearse los modelos operativos tradicionales, para ofrecer un procesamiento de pasajeros “en movimiento”, que forme parte de una experiencia del pasajero personalizada, a la carta, sin contacto y eficiente. La digitalización de los aeropuertos permitirá un viaje personalizado de principio a fin y creará nuevas ventajas enfocadas a conseguir una mayor comodidad para los viajeros.
Más allá de la innovación digital, para el año 2040, los aeropuertos dejarán de ser lugares de paso para convertirse en ciudades aeroportuarias de ocio o “aerotrópolis”, que integrarán salas VIP con un sinfín de actividades interrelacionadas y nuevas experiencias como cines, piscinas u opciones de juego de realidad virtual.
Asimismo, la transformación del procesamiento de pasajeros provocará un cambio significativo en la distribución interna de las terminales aeroportuarias. La reducción de las colas en los mostradores de facturación y de control de seguridad, así como las comunicaciones interactivas y en tiempo real darán lugar a nuevas oportunidades de negocio para el comercio minorista y de ocio.
Hacia una conectividad intermodal directa y eficaz
De cara al futuro, los aeropuertos seguirán siendo nodos fundamentales entre las comunidades para favorecer el crecimiento económico y la conexión mundial. Por este motivo, la conectividad intermodal, tanto a nivel local como regional, será clave para facilitar la circulación de personas y mercancías de una manera más sostenible y eficaz.
En este contexto, las nuevas tendencias en materia de movilidad social, como la electrificación y la automatización de los vehículos, repercutirán en los aeropuertos positivamente, pero exigirán coordinación y colaboración con las administraciones públicas y agencias de transporte para llevar a cabo estrategias integradas de transporte ecológico.
Durante este proceso, es crucial producir incentivos que hagan reducir el tránsito individual en coche hacia los aeropuertos, como la implementación de los conceptos de movilidad aérea urbana (UAM), un sistema que proporcionará conectividad desde el centro de las ciudades hasta los aeropuertos y que se integrará en la red de transporte público multimodal. Es más, es probable que se acaben conectando posteriormente a las redes ferroviarias de alta velocidad existentes, lo que proporcionará opciones adicionales de conectividad interregional.
Evolución de la mano de obra: especialización y eficiencia
La escasez de mano de obra existente desde la COVID-19 en la industria de la aviación sigue siendo un reto en la actualidad y amenaza con limitar la capacidad de satisfacer la creciente demanda. En la actualidad, aproximadamente el 54% de los 11,3 millones de personas que trabajan en el sector de la aviación lo hacen en aeropuertos, lo que representa el 3,9% de la población activa total de la industria de viajes y turismo (289 millones de personas).
Además, a medida que la IA y otras tecnologías transformen las operaciones aeroportuarias tradicionales, las funciones de los trabajadores serán cada vez más especializadas y enfocadas en el manejo, mantenimiento y control de estos sistemas. Los trabajadores orientados al pasajero tendrán que mejorar sus competencias de atención al cliente integrando la tecnología, mientras que el personal de operaciones necesitará adoptar nuevos conocimientos en ingeniería, ciberseguridad y tecnologías de la información (TI).
Por su parte, el sector también deberá enfocarse en atraer a mano de obra más polivalente, como la que constituye la Generación Z. Para ello, será necesaria la colaboración con el mundo académico para crear interés en el sector de la aviación, facilitar una contratación suficiente de trabajadores para satisfacer las demandas futuras y garantizar que los empleados tengan las cualificaciones adecuadas para los cargos ofertados.
En definitiva, adecuar la creciente demanda de viajes a las limitaciones de la mano de obra es otro gran reto a medio plazo que requerirá grandes inversiones del sector. Sin embargo, de cara a 2050, muchas de esas funciones acabarán siendo automatizadas, por lo que se acabará reduciendo la necesidad de mano de obra para satisfacer las necesidades de los pasajeros.
Aunque las perspectivas para 2050 puedan parecer lejanas, todos estos cambios pueden hacer evolucionar el papel de los aeropuertos en el panorama de la movilidad, la economía, la eficiencia energética y la innovación. Además, la planificación anticipada, la colaboración público-privada y el compromiso de la comunidad serán factores diferenciadores determinantes para el sector, cuyo objetivo será ofrecer una experiencia de viaje segura, sin interrupciones, sin contacto y agradable que, a su vez, consiga proteger al planeta de las emisiones contaminantes.