La IA puede controlar los precios de las estaciones de carga
A medida que los vehículos eléctricos se vuelven más comunes, aumenta rápidamente la demanda de estaciones de carga rápida. Al mismo tiempo, está creciendo el interés en el papel de la inteligencia artificial (IA) en la configuración de los precios de la electricidad.
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Estudios recientes realizados por investigadores de la Chalmers University of Technology muestran que las estaciones de carga alimentadas por IA pueden ofrecer precios personalizados a los usuarios de vehículos eléctricos, que los usuarios pueden aceptar o rechazar. Mediante el uso de algoritmos, estas estaciones pueden ajustar los precios en función de factores individuales como el nivel de la batería y la ubicación actual del usuario del vehículo eléctrico. En tal contexto, una estación de carga rápida inteligente maximiza su beneficio acumulado.
“Los usuarios de vehículos eléctricos pueden compartir información con proveedores de servicios, por ejemplo a través de una aplicación, y a cambio reciben un precio personal“, afirma Balázs Kulcsár, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Tecnológica de Chalmers.
¿Se ofrece a los usuarios de vehículos eléctricos un precio justo?
“En nuestro estudio, cuando un usuario de vehículo eléctrico acepta un precio, minimiza su coste y el tiempo de espera. Esta decisión racional se toma sin conocer los precios o las decisiones personalizadas de los demás usuarios de vehículos eléctricos”, afirma Balázs Kulcsár.
Desde la perspectiva de los proveedores de servicios, el algoritmo de IA que maximiza los beneficios tiene como objetivo conocer un precio individual que siga siendo aceptable para el usuario. Los precios personalizados que reciben los usuarios pueden diferir significativamente entre sí.
Una forma de reducir la diferencia en el precio personalizado recibido es crear grupos inteligentes de usuarios y rechazar o aceptar precios personalizados en grupos. Para ello, los usuarios de vehículos eléctricos deben compartir sus propios precios personales y eventualmente cambiar su comportamiento para adaptarse a los precios de otros usuarios.
Sin embargo, existen cuestiones éticas asociadas con la implementación de la IA que deben considerarse.
“Nuestros resultados muestran que las estaciones de carga rápida basadas en IA deben implementarse de manera responsable y ética, de lo contrario, se podría hacer un mal uso de la información de los usuarios para maximizar las ganancias. Al integrar estándares éticos con la protección de la privacidad, los mecanismos de precios impulsados por la IA pueden allanar el camino para nuevos mecanismos de fijación de precios”, explica Balázs Kulcsár.
Competir con muchas estaciones de carga rápida inteligentes y coaliciones de usuarios no egoístas de automóviles eléctricos puede aportar nuevas pautas de precios y puede ser una interesante dirección de investigación futura.