El liderazgo tecnológico europeo requiere más financiación para innovación
Las empresas emergentes en expansión (scale-ups) han experimentado un desarrollo en Europa gracias a la ayuda de organismos públicos como el Grupo Banco Europeo de Inversiones (Grupo BEI); sin embargo, estas empresas se enfrentan a persistentes obstáculos relacionados con la financiación que, según un nuevo informe del BEI, la Unión Europea puede hacer más por superar.
El estudio, titulado The scale-up gap: financial market constraints holding back innovative firms in the European Union, expone que, para que la UE pueda situarse a la vanguardia tecnológica y competir a nivel mundial, es fundamental invertir más en este tipo de empresas. El informe menciona que cerrar la brecha de financiación para las scale-ups permitiría avances tecnológicos en ámbitos como las tecnologías verdes, la inteligencia artificial y la computación cuántica.
El tamaño y la profundidad limitados de los mercados de capitales de la UE dificultan la capacidad de las empresas innovadoras para captar fondos, especialmente en la fase de expansión, cuando la disponibilidad de financiación en Europa es más reducida. Esto ha ralentizado la acumulación de capital de las empresas y ralentizado su crecimiento, productividad y creación de empleo.
El informe recomienda consolidar los mercados de capitales europeos, en especial el mercado de capital riesgo, y pone de relieve la labor que ha desempeñado el Grupo BEI hasta la fecha en apoyo a las empresas innovadoras y a la expansión de tecnologías clave. En el mercado de capital riesgo, el Fondo Europeo de Inversiones (FEI) actúa como inversor principal y moviliza la inversión privada, por su parte el BEI es un actor dominante en el mercado de deuda de riesgo (venture debt).
“El Grupo BEI desempeña un papel fundamental para apoyar el ecosistema innovador europeo”, ha afirmado la presidenta del BEI, Nadia Calviño. “Estamos dispuestos a hacer más y avanzar hacia una verdadera unión de los mercados de capitales es una prioridad clave para impulsar el crecimiento sostenible y la creación de empleo“.
Las scale-ups son empresas innovadoras con un elevado crecimiento que se encuentran en una fase de desarrollo intermedia. A medio camino entre la empresa emergente y la empresa consolidada, poseen el potencial para convertirse en los líderes de su sector a nivel internacional.
Según el informe del BEI, si bien la UE resulta atractiva para los inversores extranjeros de capital riesgo, el ahorro interno no se canaliza de manera suficiente a la financiación de empresas innovadoras. Como resultado, la inversión europea de capital riesgo es aproximadamente seis veces menor que en los Estados Unidos. Esto conduce a una acumulación de capital más lenta: después de 10 años en marcha, las empresas emergentes en expansión europeas captan un 50 % menos de fondos que sus homólogas de Silicon Valley.
Las scale-ups europeas suelen recurrir a inversores extranjeros en busca de financiación y la mayoría de los principales inversores, que desempeñan un papel crucial en las rondas de financiación, provienen de países no pertenecientes a la UE. Así, en el momento crucial en el que la titularidad cambia de manos, las scale-ups tienen más probabilidades de ser adquiridas por una empresa extranjera o de salir a bolsa en el extranjero. Esta tendencia reduce el talento emprendedor de Europa y perjudica las perspectivas de la próxima generación de empresas emergentes europeas.
“Es fundamental abordar las limitaciones al crecimiento de las empresas innovadoras para garantizar que Europa se mantiene a la vanguardia de los avances tecnológicos y mantiene su competitividad mundial“, ha asegurado Debora Revoltella, directora del Departamento de Economía del BEI.
Además de completar la unión de los mercados de capitales europeos y lograr la integración financiera, el informe recomienda que el sector público europeo catalice la inversión privada, preste apoyo en las fases tempranas del desarrollo tecnológico y ofrezca fuentes de financiación diversificadas, medidas a las que instó también la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el 18 de julio, cuando confirmó su segundo mandato de cinco años.
La nueva Comisión –en estrecha colaboración con el BEI– debe adoptar medidas para facilitar la financiación de las empresas de rápido crecimiento por parte de bancos comerciales, inversores y del capital riesgo.
Los fondos de pensiones privados y las aseguradoras han sido identificados como el segundo mayor segmento del mercado de la UE y podrían ser una fuente de inversión crucial para las empresas innovadoras y el mercado de capitales. Alentar a este tipo de inversores a participar en el mercado, al tiempo que se garantiza la solidez financiera, contribuiría a movilizar el ahorro privado nacional. Además, el informe recomienda coordinar las políticas nacionales y de la UE en el contexto de una estrategia sectorial más amplia y que se planteen soluciones a la escasez de mano de obra.