6 retos a los que se enfrenta el coche eléctrico en España
A tan solo unos días de celebrarse el Día Mundial del Vehículo Eléctrico, el próximo 9 de septiembre, la transición hacia la electromovilidad sigue presentando diversos desafíos para la industria automovilística española.
La movilidad eléctrica avanza con paso firme en Europa, en línea con los objetivos de descarbonización marcados. Sin embargo, aunque cada vez hay más coches eléctricos, el ritmo es muy diferente dependiendo del país. A modo de ejemplos, Noruega continúa dominando el mercado europeo de este tipo de vehículos, estimando su gobierno que ya el año que viene el país será el primero en tener más vehículos eléctricos que de combustión circulando por sus carreteras. Por otro lado, según ANFAC, el mercado de nuestros vecinos portugueses triplicó en 2023 la cuota de coches con enchufe españoles (un 32% en Portugal vs el 12% en España).
En nuestro país, este mercado ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años, y se estima que existen alrededor de medio millón de vehículos electrificados circulando por las carreteras españolas. Y es que según datos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE), las matriculaciones en el año 2023 aumentaron en un 38%, llegando hasta las casi 140.000 unidades. A pesar de este aumento, todavía queda un largo camino por recorrer para llegar a alcanzar los objetivos que se fijaron en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que estableció como meta 5,5 millones de coches eléctricos para 2030.
Por ello, desde Bosch, compañía líder en tecnología y servicios, señalan los principales retos que España tiene pendiente en materia de movilidad eléctrica:
- La infraestructura de recarga sigue siendo una de las mayores preocupaciones que existen a la hora de adquirir un vehículo eléctrico. Si bien ya se han superado los 30.000 puntos de recarga en nuestro país, la falta de operatividad de muchos de ellos, la muy mejorable interoperabilidad y la escasez de puntos de alta potencia limitan considerablemente la confianza de los conductores en lo que se refiere a la movilidad eléctrica.
- A pesar de que los precios han ido bajando progresivamente con los años, todavía continúan siendo significativamente más altos que los de los vehículos de combustión. Es imprescindible que las ayudas a la compra continúen, sean más sencillas y que se hagan efectivas en el momento de la compra.
- Las baterías y su autonomía siguen siendo una de las grandes pegas que los consumidores le ponen a este tipo de vehículos. La industria sigue invirtiendo en el desarrollo de nuevas tecnologías y métodos de fabricación y reciclaje que eliminen estos problemas. Es importante que la industria española participe de estos desarrollos, garantizando fabricación local y fomentando la I+D en baterías.
- Año a año se observa como el parque automovilístico español sigue envejeciendo, llegando hasta los más de 14 de antigüedad actuales. Para que el proceso de descarbonización de la movilidad se acelere, además de mejorar las ayudas a la compra de vehículos eléctricos, es necesario revisar la fiscalidad de forma que se fomente la compra de vehículos eficientes frente al uso de los más contaminantes.
- La falta de información sigue siendo una barrera a la hora de promover una adopción masiva de estos vehículos. Muchos consumidores aún tienen ideas equivocadas y desconocen los beneficios reales de esta tecnología, por lo que tanto organizaciones privadas como públicas deben de informar y educar correctamente a los consumidores sobre las ventajas del coche eléctrico.
- Una mayor involucración de los entes gubernamentales que permita fomentar una fiscalidad que permita la adquisición de vehículos eléctricos, pasa por deducciones fiscales y un incremento de las ayudas a la compra. Es importante que las Administraciones den ejemplo en la renovación de sus flotas.
Ricardo Olalla, vicepresidente de Ventas de Bosch Mobility para España y Portugal, destaca que “la transición hacia los vehículos eléctricos en España está en marcha, pero todavía hay que enfrentarse a diferentes desafíos, ya que, el ritmo de adopción es bastante inferior al europeo y no es uniforme en todas las regiones españolas. Por este motivo, es esencial que intensifiquemos nuestros esfuerzos en tres áreas clave: el desarrollo de infraestructura de recarga, la implementación de ayudas e incentivos más atractivos para los consumidores, y la educación sobre los beneficios de la movilidad eléctrica”.