Por José García Martínez, CEO de ANOVO Ibérica.
La Navidad es una época de alegría y reuniones familiares, y, a la vez, un periodo de gran consumo. Entre los regalos más populares se encuentran los dispositivos electrónicos: smartphones, tablets, relojes inteligentes y otros dispositivos aparecen debajo del árbol o al lado de los zapatos en nuestros hogares en estas fechas señaladas. Y está genial que nuestros seres queridos reciban tecnología como regalo de Navidad, pero hay que tener en cuenta que ello conlleva consecuencias ambientales.
El reto radica en cómo consumimos. Según proyecciones del Informe Mundial de Residuos Electrónicos, la generación global de residuos electrónicos supera los 61 millones de toneladas por año desde 2022, representando un incremento anual cercano al 4,5%. Solo una fracción de estos desechos, menos del 20%, se recicla adecuadamente, lo que resalta la necesidad de repensar nuestras decisiones como consumidores.
En este contexto, la sostenibilidad no implica privarse de los avances tecnológicos ni de los regalos navideños, sino adoptarlos de manera consciente. Un cambio en nuestras prácticas puede marcar la diferencia, especialmente cuando las cifras son tan claras: prolongar la vida útil de los dispositivos electrónicos a través del reacondicionamiento o su reciclaje adecuado podría reducir la huella de carbono significativamente.
El reacondicionado: el mejor regalo para el planeta y el consumidor
Una alternativa que está ganando terreno en España y Europa es la adquisición de dispositivos reacondicionados. Estos productos, sometidos a rigurosos procesos de restauración, ofrecen las mismas funcionalidades que los nuevos a un costo significativamente menor. Es una tendencia al alza en España.
El impacto positivo de este cambio no se limita al precio. Optar por reacondicionados puede ahorrar miles de toneladas de CO₂ al año. Por ejemplo, según un informe de Amigos de la Tierra, la reutilización de los smartphones y portátiles puede evitar hasta 28 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente hasta el año 2040. Además, la actividad de ANOVO ha evitado la generación de más de 1.400 toneladas de residuos electrónicos este año, reforzando su papel crucial en la transición hacia una economía circular.
La digitalización de la economía y el auge del comercio electrónico permiten que los consumidores tomen decisiones informadas con un clic. Optar por el reacondicionado no solo reduce el impacto ambiental, sino que también fomenta un modelo de consumo más responsable. Este pequeño gesto podría convertir la temporada de compras más intensa del año en un momento de cambio positivo para el planeta.
La Navidad seguirá siendo un periodo de consumo intensivo, pero la tecnología nos ofrece la oportunidad de hacerlo con conciencia. Elegir dispositivos reacondicionados, apostar por su reparabilidad, garantizar su reciclaje al final de su vida útil y optar por opciones sostenibles es el mejor regalo que podemos hacerle al planeta.