Por Luis Méndez, VP de Leadclic en Wam Global.
En un sector tan emocional y aspiracional como el turismo, donde las experiencias en el plano físico son el alma del negocio, la implementación de la inteligencia artificial (IA) utilizando datos internos y externos está redefiniendo las reglas del juego. No se trata solo de integrar tecnología avanzada, sino de cómo esta permite equilibrar la magia de las experiencias con la realidad de los costes operativos en un contexto económico desafiante.
La inteligencia artificial ha alcanzado un punto de madurez en un periodo extraordinariamente corto gracias a avances exponenciales en capacidades de cálculo, procesamiento, almacenamiento de datos y, por supuesto, los modelos de IA. Este progreso habilita soluciones que no solo optimizan operaciones, sino que también potencian la personalización, eficiencia y la sostenibilidad de las experiencias turísticas.
La base de todo: datos y más datos
La capacidad de procesar y gestionar información de manera eficiente es esencial para el éxito de cualquier implementación de IA. Conceptos como lago de datos y productos como Datacloud de Salesforce, se han convertido en los pilares sobre los cuales se construyen herramientas inteligentes que pueden analizar grandes volúmenes de información en tiempo real.
Estos repositorios de datos permiten alimentar algoritmos de IA con información precisa y relevante, generando insights que transforman decisiones estratégicas. Por ejemplo, grandes cadenas hoteleras están utilizando IA para predecir patrones de demanda, gestionar inventarios con mayor eficiencia, mejorar el servicio al cliente, etc. asegurando así la sostenibilidad económica mientras satisfacen las expectativas de los clientes.
Casos de uso sofisticados: más allá de la teoría
La aplicación de la IA en el turismo no se limita a la teoría; ya está transformando prácticas concretas. Desde la creación de asistentes virtuales para asistir en la estancia hasta la integración de información sobre eficiencia energética en edificios hoteleros, los casos de uso son cada vez más sofisticados. Un ejemplo relevante es el uso de IA para personalizar ofertas turísticas basadas en el comportamiento y las preferencias de los clientes, generando experiencias únicas que fidelizan al cliente con las marcas.
Dentro de esta revolución tecnológica, desde Leadclic, estamos trabajando con una importante cadena hotelera en el proyecto “Anna”, una iniciativa pionera en la aplicación de IA para acompañar al viajero antes, durante y después de su estancia. Desde la recomendación de actividades o restaurantes personalizados, hasta la realización de reservas y el análisis de la experiencia posterior al viaje, “Anna” ilustrará cómo la IA puede aportar un valor tangible en cada etapa del ciclo turístico, desde el binomio tecnología y personas.
Salesforce y la ola de los agentes autónomos
Salesforce, líder en soluciones CRM, ha dado un paso estratégico en el campo de los agentes autónomos, posicionándose como pionero en la inteligencia artificial generativa. Con su reciente lanzamiento de Agentforce, Salesforce explora cómo transformar la relación entre marcas y clientes a través de IA. Esta tecnología aprovecha la información recopilada por el ecosistema de CRM, incluyendo DataCloud, para ofrecer experiencias hiperpersonalizadas y optimizar las interacciones a escala.
En el sector turístico, Agentforce está ya en fase de pruebas piloto, analizando tanto el impacto en la experiencia del cliente como en el negocio. Se espera que en los próximos 6-12 meses esta tecnología se consolide como un recurso clave para la industria, abriendo nuevas oportunidades y casos de uso que redefinirán la forma de entender el turismo.
El futuro: IA con un propósito humano
Más allá de los avances tecnológicos, es fundamental abordar la IA desde un punto de vista humano, asegurando que aporte un valor tangible a la sociedad. En el caso del turismo, esto implica no solo mejorar la experiencia del viajero, sino también fomentar prácticas sostenibles, accesibles y orientadas al bienestar de las comunidades locales.
El turismo, “el negocio de la ilusión”, está evolucionando hacia un modelo en el que la innovación tecnológica y la experiencia humana se entrelazan de forma natural. En este sentido, cabe destacar que la IA será tan buena como los datos que la alimenten. Por ello, la inversión en la infraestructura de datos y en la formación de equipos capaces de gestionar esta información de manera eficiente es clave.
La IA no solo está cambiando el cómo hacemos turismo, sino también el cómo lo pensamos y planificamos. Aquellos actores que sepan aprovechar su potencial y construyan sobre una base de datos sólida tendrán una ventaja competitiva significativa en una industria que siempre está en continuo cambio. Es el momento de que los líderes del sector turístico vean esta tecnología no como un lujo, sino como una herramienta esencial para cumplir las expectativas de los viajeros y asegurar el futuro del negocio. En este viaje, los datos son la guía, y la IA, el motor.