Mateo Valero, director del Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), ha asegurado que “la formación en las universidades debe modificarse. En Europa se torna crucial habilitar las condiciones para crear empresas que puedan fabricar chips propios en el diseño de los superordenadores del futuro. El desafío es utilizar la IA para la fabricación de esos chips. Si queremos podemos, pero Europa debe actuar como Europa: no se puede potenciar el software si no tenemos el hardware necesario. Y sin universidades no hay chips”.
Valero ha sido invitado para disertar en una nueva sesión del ciclo AULA UNIR, organizado por la Universidad Internacional de La Rioja en Logroño. En su disertación, ha profundizado sobre el potencial de la Inteligencia Artificial (IA) y la supercomputación para enfrentar problemas que de otra forma serían imposibles de resolver en la sociedad actual.
El invitado al espacio organizado por esta universidad dirige el BSC, el Centro Nacional de Supercomputación en España, pionero en el país que se especializa en computación de altas prestaciones (HPC) y gestiona el MareNostrum 5, uno de los supercomputadores más potentes de Europa.
Entre otros puntos, ha abordado cómo la IA está cambiando la forma en la que se realizan numerosas investigaciones de relieve (en España y en el mundo) mediante la utilización de supercomputadores. También se ha referido a las posibilidades reales que existen y a los retos que plantea el uso de la IA, además de describir cómo funciona el BSC y cuáles son sus proyectos más importantes en la actualidad.
Al comienzo del evento, Mateo Valero ha sido presentado por José María Vázquez-García Peñuela, rector de UNIR, quien destacó su amplia trayectoria: “Es uno de los científicos más relevantes de España en los últimos tiempos, pero que no se ha quedado encerrado en su despacho, sino participado activamente en la vida de la sociedad”, ha expresado.
Después Valero ha comenzado su exposición, en la que ha mencionado algunos de los principales retos que tiene por delante. Por ejemplo, el MareNostrum 6, la sexta versión del superordenador de BSC que comenzará a funcionar dentro de cuatro años: “Mi sueño es tener un supercomputador con chips fabricados en Europa. Aún no existen supercomputadores con hardware europeo. La IA nos puede ayudar en el diseño de esos chips. En la actualidad libro esa batalla para convencer a la UE de esto. Tenemos en el horno un proyecto para fabricar chips con una inversión inicial de 240 millones de euros”, ha señalado en el inicio de la sesión.
Qué hace y cómo trabaja el BSC
El director del BSC, profesor de Arquitectura de Computadores en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y catedrático desde el año 1983, ha confesado que ha dedicado su vida a la investigación en el diseño de superordenadores: “En la investigación nada es fácil, pero siempre hay que arriesgar”, ha aseverado.
En esta línea, ha agregado: “Sin ciencias básicas, como las matemáticas, no vamos a ningún lado. Pero la investigación ha conseguido un gran impulso gracias a los superordenadores. Y, con la irrupción de la IA, las perspectivas son mucho mayores”.
A la hora de referirse a las labores y características del BSC, el autor de más de 700 artículos, quien además ha participado en 300 congresos internacionales e impartido más de 800 conferencias sobre IA y supercomputadores, ha manifestado: “En el BSC hacemos investigación con superordenadores. Estas máquinas son construidas con miles de procesadores, y una red de intercambio de bits permite la transferencia de los datos. Hoy en día las empresas, organismos e instituciones demandan necesidades de cálculo a la IA que se duplican cada seis meses. Sin chips no se puede hacer IA. El chip más potente en el mundo hoy es el de la empresa Nvidia, y el supeordenador más potente es el del Lawrence Livermore National Laboratory”.
“El Barcelona Supercomputing Center trabaja con grandes máquinas de las que solo nosotros usamos el 20 por ciento de su capacidad. El 80 restante está abierto para investigadores de todo el mundo. Contamos con 4 departamentos, tenemos 150 alumnos de doctorado y vivimos de lo que trabajamos para empresas y administraciones. El 33 por ciento de nuestras empleadas son mujeres, y nuestros trabajadores, que superan el millar en total, proceden de 60 nacionalidades distintas. Los profesionales pertenecen a 32 carreras distintas. La investigación es multidisciplinaria”, ha subrayado Valero, quien ha recibido numerosos premios nacionales e internacionales durante su trayectoria profesional.
Entre los más relevantes, destacan los tres más importantes en su área de investigación: el Eckert-Mauchly Award en Arquitectura de Computadores del IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers) y la ACM (Association for Computing Machinery) en 2007; el Seymour Cray Award en Supercomputadores del IEEE en 2015; y el premio Charles Babbage Award en Computadores Paralelos del IEEE en 2017.
Al ahondar en las características del BSC, ha subrayado que cuenta con “dos de los supercomputadores más potentes del mundo. Nos dedicamos a realizar mucha investigación básica, a crear spin offs… Somos muy competitivos en temas como la IA, proyectos que investigan el lenguaje natural del habla, como uno que estamos desarrollando. Contamos con los departamentos de Computer Sciences (donde trabajan 400 personas y es el más grande del mundo); el de Ciencias de la Tierra (que estudia el cambio climático y cuenta con el proyecto estrella ‘Destination Earth’); el Departamento de Ciencias de la Vida (que trabaja con muchos hospitales, entre otras líneas de investigación); y el Departamento de Ingeniería (que en la actualidad lidera un proyecto de elaboración de software propio para la aerodinámica de los aviones de combate europeos)”.
Finalmente, consultado durante el evento por Rubén González Crespo, vicerrector de Profesorado de UNIR, sobre su opinión en el uso que la sociedad da hoy en día a la tecnología, ha afirmado: “No me gustaría dentro de varios años que la sociedad esté gobernada por 5 o 6 personas cuyas fortunas y el valor de sus empresas superan la riqueza de las cinco naciones más fuertes de Europa. Solo la educación puede acabar con eso”.
Así fue como Mateo Valero se ha despedido de la audiencia, que ha disfrutado de la conferencia de una de las mayores eminencias sobre IA y supercomputadores del país, quien posee nada menos que doctorados Honoris Causa de 13 universidades y es miembro de 10 academias. Además de los citados premios, también ha sido galardonado con el Julio Rey Pastor en Informática y Matemáticas en el año 2001, y el Leonardo Torres Quevedo en Ingeniería, en el año 2007, entre otros reconocimientos.