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Simulaciones de negocio: una herramienta clave para tomar decisiones en entornos complejos y de alto riesgo

BTS, consultora especializada en la transformación de las organizaciones a través de las personas, ofrece a sus clientes la posibilidad de formar y preparar a sus equipos haciendo uso de simulaciones de negocio. Estas acciones, que pueden ser co-creadas junto a los interesados en usarlas para conseguir mayor personalización y efectividad, permiten a los participantes comprender en detalle el negocio de sus organizaciones, impulsar la puesta en marcha de la estrategia o profundizar en cualquier otra cuestión clave para el negocio, mediante entornos interactivos que posibilitan practicar sin riesgo la toma de decisiones.

Actualmente, las herramientas de simulación ofrecen multitud de oportunidades de acuerdo a las necesidades de cada caso ya que consiguen ser lo más fieles posible a la operación diaria de los clientes. De hecho, si en un inicio, las simulaciones se utilizaban para el desarrollo ejecutivo y modelar la estrategia corporativa, ahora, gracias a la tecnología, son más escalables y pueden alcanzar a toda la organización si es necesario.

“La simulación y el entrenamiento en entornos prácticos son una de las mejores formas en las que las personas pueden formarse. El sector de la aviación y el de la medicina fueron dos de los primeros en adoptar este tipo de herramientas y en BTS las adaptamos al entorno empresarial en 1986. Desde entonces, han evolucionado mucho y hacemos uso de las nuevas tecnologías que han ido surgiendo, pero su utilidad sigue siendo la misma: que los integrantes de una empresa puedan practicar la toma de importantes decisiones en entornos seguros y sin riesgo, mejorando al mismo tiempo su comprensión del negocio”, ha explicado Dan Parisi, Executive Vice President en BTS.

La solución para operar en entornos exigentes y dinámicos

Las simulaciones ofrecen dos grandes beneficios a aquellas empresas que las aplican: seguridad y gran fidelidad.

De hecho, hay entornos en los que las simulaciones se convierten en la mejor herramienta a disposición de las empresas para cumplir sus objetivos. Esto se produce en aquellos escenarios en los que hay mucho en juego, existe un alto riesgo, la complejidad de las tareas a desempeñar por parte de los equipos es elevada y, además, se espera un alto rendimiento. Cuando confluyen estas cuatro circunstancias la simulación se convierte en la mejor opción para garantizar el éxito. A través de esta herramienta los equipos pueden practicar en un entorno completamente seguro, evitando cualquier repercusión negativa que podría derivarse de decisiones erróneas en la vida real.

Pero no solo aportan seguridad, sino que las simulaciones destacan por su capacidad para replicar fielmente las situaciones reales que enfrentan los equipos. Por ejemplo, si el objetivo es mejorar las evaluaciones de desempeño, los participantes pueden practicar con evaluadores cualificados que ofrezcan un feedback detallado. De la misma manera, si el enfoque está en desarrollar el pensamiento estratégico de un director general, se pueden simular decisiones empresariales utilizando métricas y datos reales. Esta inmersión garantiza que los aprendizajes sean directamente aplicables a las tareas diarias y que cada participante adquiera destrezas útiles para enfrentar desafíos complejos.

Así pues, cuando las empresas operan en entornos de alto riesgo, el impacto de una buena preparación es imprescindible. Las simulaciones proporcionan a los equipos no solo conocimiento técnico, sino también confianza para enfrentar los desafíos con seguridad. Frente a métodos formativos tradicionales, esta herramienta permite medir el impacto con precisión y garantiza resultados tangibles. Como señala Dan Parisi, “cuando hay mucho en juego y se espera un alto rendimiento, no se puede dejar la preparación al azar. Las simulaciones aseguran que las decisiones tomadas en el mundo real estén respaldadas por práctica, análisis y aprendizaje previos”.

La verdadera ventaja competitiva: desarrollar una ‘simulation culture’

Bajo este paradigma, uno de los elementos distintivos de las simulaciones que ofrece BTS es su metodología capaz de aportar un valor extra a las compañías con las que trabaja, gracias también a su alto grado de personalización. La consultora tiene la capacidad de adaptar sus servicios fielmente las particularidades de cada negocio, incluyendo sus métricas, desafíos y objetivos para replicar de la manera más fehaciente posible las situaciones reales que los usuarios enfrentarán en su día a día.

Además también pueden implementarse sistemas de medición de resultados, cuando así se desee o requiera, que actúan en cuatro niveles. En primer lugar, se valora la satisfacción de los participantes a través del Net Promoter Score (NPS). En segundo, se evalúan y comparan los conocimientos de los participantes antes del ejercicio y después. En tercer lugar, se analiza el cambio de comportamiento entre los participantes y, por último, se estudia en detalle el impacto económico que la simulación supuso para el negocio.

“Esta capacidad para medir los resultados nos permite explicar claramente a los posibles usuarios de las simulaciones por qué deben implementarlas. Para nosotros, el objetivo final de las organizaciones debe ser implementar una cultura de la simulación, es decir, aplicar esta herramienta a escala cuando necesiten formar un líder o a un grupo profesional determinado. La eficacia de este tipo de programas les hará tener una ventaja respecto a sus competidores”, señala Parisi.

“Por poner un ejemplo concreto, hace un par de años pusimos en marcha una acción de simulación para uno de nuestros mayores clientes. Esta acción involucraba a más de 30.000 personas en todo el mundo y el objetivo era entrenarles a gestionar conversaciones con clientes en un entorno inflacionario. Ahora, imaginemos que los competidores de este cliente únicamente dieron una breve charla sobre esta cuestión a sus equipos mientras que sus rivales practicaban en un entorno intenso y riguroso, preparado ad hoc para sus necesidades, está claro quién ostenta una mejor situación a la hora de ir al mercado”, destaca.

En definitiva, del mismo modo que sucedió con la puesta en marcha de simuladores en la aviación o la medicina, las simulaciones de negocio suponen el siguiente paso en la formación de profesionales. Al contrario de los cursos formativos online, que cuentan con niveles muy bajos de finalización y cuyo impacto resulta difícil de medir, los ejercicios de simulación proporcionan las herramientas para lograr los resultados buscados sin asumir riesgos de actuar sin preparación previa en un entorno complejo y de alto riesgo.

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